Orden Yerrahi de Santiago

Carta de despedida de Tosun Baba

Mis queridísimos y hermosos hijos,

As-salamu alaykum wa rahmatullahi wa barakatuhu. Cuando estas palabras sean leídas por ustedes, yo ya no estaré entre ustedes. Pero hemos estado juntos en este mundo durante muchos años, y solo Allah sabe cuánto los amo. Y aquellos de ustedes que también me aman, inshallah, estaremos pronto juntos en Jannah, como lo promete nuestro amado Profeta ﷺ.

Les ruego, no abandonen sus oraciones. Si por alguna razón válida llegan a perder alguna, recupérenla lo antes posible. Ayunen durante Ramadán y también algunos días de los tres meses que lo preceden, y paguen su Zakat.

Lo más importante es que, en su vida diaria, no olviden que son musulmanes y sufíes. Sean amables, suaves, generosos y capaces de perdonar. Estén atentos a las necesidades de sus hermanos y hermanas en el dergah. Primero atiendan a su familia; luego, a sus hermanos y hermanas en el Islam y a todos los seres humanos; después, a los animales, las plantas, el aire, el agua y la tierra. Estas cualidades, inshallah, contarán con la aprobación de Allah Ta’ala, y Él será compasivo con nosotros en el Yawmid-Din (el Día del Juicio).

Trabajen con dedicación por este mundo y aprovechen lo bueno que les ofrece; pero recuerden que el dinero que ganan no les pertenece. Así que gasten con libertad en buenas obras. Y trabajen aún más arduamente para el más allá, cumpliendo cada día con lo que Allah Ta’ala ha ordenado, siguiendo la sunnah de nuestro amado Profeta ﷺ.

Durante casi 50 años he tratado de convencerles de que su paz, su felicidad y su recompensa, tanto en este mundo como en el otro, dependen de ser humildes. Toda la miseria que nos llega proviene de nuestra propia arrogancia. Derviche significa “alféizar de la puerta”; no se molesten si algunas personas los pisan. Cuanto más sean pisados, más altos estarán a los ojos de Allah. No teman al dolor ni al sufrimiento; ellos también son llaves hacia el Paraíso. Si aman a Allah y a los amados de Allah, y ayudan a que ese mismo amor se establezca en los corazones de otros, y si consiguen que Allah ame a aquellos a quienes enseñaron a amarlo, Allah Ta’ala promete que Él también los amará a ustedes. Y esa es la mejor obra que puede realizar un musulmán.

Sus esposas, esposos e hijos no les pertenecen; pertenecen a Allah Ta’ala. Él les ha dado la responsabilidad de cuidarlos y de enseñarles a ser buenos musulmanes y buenos seres humanos. Esta es una de las tareas más importantes que se les ha encomendado. Para hacer esa difícil tarea más llevadera, Allah Ta’ala ha puesto en nuestros corazones un amor natural por nuestros hijos, esposas y esposos.

Sadaqa Yariyah es aquello que uno deja atrás que sigue beneficiando a otros incluso después de partir de este mundo. Si construyes una mezquita, sus beneficios llegan tanto a ti como a quienes rezan en ella. Si construyes un hospital, de la gratitud de los enfermos que allí se curan, el beneficio te alcanza. Si construyes una escuela, mientras la gente aprende en ella, los beneficios también te llegan. Nuestro amado Rasulallah ﷺ dijo que la mejor sadaqa yariyah es dejar hijos que sean buenos musulmanes y buenos seres humanos.

No olviden la historia que les he contado muchas veces, sobre lo que dijo mi shaykh, Muzaffer Efendi (que Allah tenga misericordia de él), a una joven alemana que pidió ser informada sobre el Islam:
“Cuando estés a punto de hacer o decir algo, primero piensa: ¿es bueno para ti? Si lo es, entonces pregúntate: ¿también es bueno para los demás? Si es bueno para ambos, entonces hazlo o dilo. Pero las palabras y acciones que Allah Ta’ala ama más son aquellas que quizás no sean buenas para ti en lo personal, incluso si te cuestan la vida, pero son buenas para muchos otros. Si logras recordar esto y actuar así, habrás dado muchos pasos hacia convertirte en un ser humano completo.”

Durante mi tiempo como su padre, lo que más me preocupaba era la pregunta: “¿Quién ocupará mi lugar?” Uno de los mayores regalos que Allah Ta’ala me ha dado fue traer a Yurdaer Baba a nuestra familia. En muchos sentidos, él es mucho mejor de lo que yo fui, y me voy de este mundo tranquilo y contento, sabiendo que los dejo bajo su cuidado. Que Allah Ta’ala le conceda la fuerza, la paciencia, la sabiduría y una larga vida para servirles mejor de lo que yo lo hice.

Ahora yo estoy aquí, y ustedes están allá. Ojalá pudiera comunicarme con ustedes acerca de esta vida; tal vez pueda hacerlo con algunos de ustedes a través de sus sueños.

Que Allah Ta’ala los ayude a enfrentar las dificultades de esta vida mundana y los lleve hacia Él.

Con amor, como una madre que acuna a su bebé en sus brazos,
Baba